Y de pronto, solo se escucha, uno dos… la ola, la ola!!! Y todos se van parando en una secuencia magistral, casi tan magistral como la inauguración de las Olimpiadas… y ves como esa ola humana va recorriendo todo el estadio… y en México fue donde se creó.
En los estadios deportivos de medio mundo los aficionados hacen la ola en las gradas para entretenerse, para celebrar la victoria o la buena marcha de su equipo o namas porque quisieron… como dicen, porque sí.
Pero en China, al menos en la competición de voleibol, sólo se hace si las autoridades lo ordenan. Casi un centenar de aficionados brasileños, presentes en el Capital Stadium (la sede del voleibol), han intentado durante dos días, sin conseguirlo, que los aficionados chinos hicieran la ola para amenizar su paso por las gradas. Y gritaban los brasileños “la oula, la oula” (léase esto con tono portugués) y los chinitos quietos… quietitos… solo “milando”.
Si algo les emociona a los chinos, se limitan a proferir alguna exclamación: "¡Oooooh!" cuando se produce una buena jugada, pero poco más. No mueven ni un músculo de la cara y, por supuesto, no aceptan invitación alguna para hacer la ola.
Pero de pronto, la sorpresa llega cuando juega la selección china y desde las pantallas se muestra la imagen de las cinco mascotas de los Juegos que hacen la ola con el lema "ola mexicana".
En ese momento el aficionado chino se transforma. Hace la ola, se ríe y hasta parece que se lo está pasando en grande. Si la pantalla está así un minuto, la ola dura un minuto; si son tres, tres.
En cuanto se retira esa imagen, el aficionado chino vuelve a sentarse en su asiento, a poner cara de velorio, y a ser un protagonista pasivo, sin sonrisas, sin moverse, solo de vez en cuando algún “¡Ohhh!”.
Pobres chinitos, que no pueden hacer la ola, no pueden emocionarse; a que grado de control el gobierno los tiene…
Mientras tanto, desde mi silla… hago una olaaaaaaa!
En los estadios deportivos de medio mundo los aficionados hacen la ola en las gradas para entretenerse, para celebrar la victoria o la buena marcha de su equipo o namas porque quisieron… como dicen, porque sí.
Pero en China, al menos en la competición de voleibol, sólo se hace si las autoridades lo ordenan. Casi un centenar de aficionados brasileños, presentes en el Capital Stadium (la sede del voleibol), han intentado durante dos días, sin conseguirlo, que los aficionados chinos hicieran la ola para amenizar su paso por las gradas. Y gritaban los brasileños “la oula, la oula” (léase esto con tono portugués) y los chinitos quietos… quietitos… solo “milando”.
Si algo les emociona a los chinos, se limitan a proferir alguna exclamación: "¡Oooooh!" cuando se produce una buena jugada, pero poco más. No mueven ni un músculo de la cara y, por supuesto, no aceptan invitación alguna para hacer la ola.
Pero de pronto, la sorpresa llega cuando juega la selección china y desde las pantallas se muestra la imagen de las cinco mascotas de los Juegos que hacen la ola con el lema "ola mexicana".
En ese momento el aficionado chino se transforma. Hace la ola, se ríe y hasta parece que se lo está pasando en grande. Si la pantalla está así un minuto, la ola dura un minuto; si son tres, tres.
En cuanto se retira esa imagen, el aficionado chino vuelve a sentarse en su asiento, a poner cara de velorio, y a ser un protagonista pasivo, sin sonrisas, sin moverse, solo de vez en cuando algún “¡Ohhh!”.
Pobres chinitos, que no pueden hacer la ola, no pueden emocionarse; a que grado de control el gobierno los tiene…
Mientras tanto, desde mi silla… hago una olaaaaaaa!
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1 comentario:
Los chinos y sus ridiculeses! como ke no pueden hacer ola? ay si aka en mi pueblo jja se hae la ola! cuando se hace la imposicion de bandas jajaja! y muy buena la ola! jaja
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